Picasso en la pantalla

13 mayo, 1993 - 5 junio, 1993
Lugar
Edificio Sabatini, Auditorio
Visita a Picasso de Paul Haesaerts
Visita a Picasso de Paul Haesaerts

Atrapado por una atracción silenciosa y casi olvidada, el cine detuvo el objetivo sobre su obra, inmensidad inmóvil en el tiempo. Tras la Segunda Guerra Mundial, cuando el cine sobre arte hizo su aparición en Francia, Bélgica e Italia, tres de los pioneros imprescindibles del género realizaron, con pocos años de intervalo, películas clave en la historia del filme de arte que giraban en torno a la obra de Picasso: Guernica (1949), de Robert Hessens y Alain Resnais (Vannes, 1922), Visite à Picasso (1950), de Paul Haesaerts (Boom, 1901; Bruselas, 1974) y Picasso (1953) de Luciano Emmer (Milán, 1918; Roma, 2009). Resulta casi imposible imaginar todas las películas que pueden haberse realizado sobre el artista desde entonces, y resulta difícil creer que, al remontarse un poco más en el tiempo, otros títulos puedan aparecer saliendo de celosos escondites y ocupando su lugar en la larga lista de películas consagradas al pintor malagueño. Unas 140 horas de proyección, es decir, aproximadamente cinco días y medio de programación ininterrumpida. Sesiones soñadas en las que el pintor o su obra surgirían en la pantalla, del dibujo a la tinta, del grabado a la escultura, del collage al óleo, de la cerámica a la alfarería. Ya nada interrumpiría el trabajo del artista salvo los cambios de rollo de los proyectores, breves intervalos en este cine permanente. El espectador, fascinado, vería entonces una especie de recorrido condensado y fulgurante por la obra de una vida.

A principios de la década de los setenta, Carlos Fernández Cuenca, antiguo director y más tarde presidente de Filmoteca Española, escribió Picasso, en el cine también, un documentado volumen que establece una primera filmografía sobre Picasso en la pantalla. Esta obra de Fernández Cuenca fue el punto de partida del programa Picasso à l’écran para la 3ª Bienal Internacional del Filme sobre Arte (1992), que ahora se presenta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. El azaroso descubrimiento de Esencia de Verbena (1930), de Ernesto Giménez Caballero (Madrid, 1899-1988), primer cortometraje conocido en el que se aborda la obra de Picasso (junto a las de Francisco de Goya y Maruja Mallo), confirmó repentinamente la importancia y el interés que estaban en juego con la recuperación de la filmografía establecida por Fernández Cuenca de la que esta muestra pretende hacerse eco.