Esta exposición es una de las muestras más extensas de Arte Iberoamericano vistas hasta la fecha en España. En el Palacio de Velázquez se exponen más de cuatrocientas obras para mostrar la riqueza artística en las regiones iberoamericanas, desde las Guerras de Independencia contra España (ca. 1800-1821), hasta 1980.
En las obras se aprecian temas comunes, que surgen de la compleja historia de colonización de Latinoamérica, su lucha por la independencia y la búsqueda de una identidad artística y cultural. Al margen del arte considerado oficial de los siglos XIX y XX, se encuentra un arte popular, que florece con contextos y materiales diversos, desde cerámica y tallas de aldea hasta los grabados y pliegos satíricos de las ciudades. El arte indígena se mezcla en ocasiones con el popular, pero conserva vínculos con las tradiciones prehispánicas: las ancestrales formas de las máscaras, las telas o la cerámica responden igual que el arte oficial a los acontecimientos del período de la independencia, como ocurre ya durante la conquista.
La exposición se estructura de manera histórica y temática, a través de las secciones o salas. Algunas tratan temas con una cronología relativamente amplia y otras se centran en un artista, un grupo de artistas o un momento significativo en la Historia del Arte latinoamericano.
La sección “La independencia y sus héroes” presenta retratos de los caudillos y mártires de los movimientos independentistas. En ellos se observan reminiscencias de tradiciones retratistas más tempranas y de las representaciones de santos al servicio del idealismo republicano, que contrastan con el Arte Neoclásico de moda en las Academias Nacionales de entonces. También se incluyen retratos de la sociedad postcolonial y los de la nueva Corte Imperial brasileña de Jean-Baptiste Debret y Rodríguez de Sá.
La sala “Las academias y la pintura histórica” se centra en obras que reflejan la lucha entre la conciencia nacional y la “gran cultura” dependiente de Europa, mediante obras del uruguayo Juan Manuel Blanes, el brasileño José Correira de Lima o el mexicano José María Obregón.
En “La naturaleza, la ciencia y lo pintoresco” se aborda la tradición pictórica indígena, a menudo anónima y basada en descripciones de la vida diaria. También figuran obras costumbristas de artistas de origen y educación europea, que representan “el nuevo mundo”, como Juan Mauricio Rugendas, Thomas Egerton o Emeric Essex Vidal.
El pintor mexicano José María Velasco tiene sala propia en el recorrido, en la que se muestra su obra, de gran valor dentro de la tradición paisajística del siglo XIX en Latinoamérica. A ella le sigue la sala titulada “Posada y la tradición gráfica popular” donde se exhibe el trabajo de José María Posada, Manuel Manilla y Gabriel Vicente Gahona (Picheta).
Diego Rivera, Joaquín Torres-García, Tarsila do Amaral, y Roberto Montenegro protagonizan “El modernismo y la búsqueda de las raíces”, enfocado hacia el nacionalismo cultural y la vanguardia latinoamericana. “El movimiento de muralistas mejicanos” es la sala dedicada a Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, pero también a otros artistas menos conocidos como Jean Charlot o Fernando Leal. Como continuación del arte revolucionario y la propaganda se encuentra “El taller de gráfica popular”, sección en la que México, Cuba y Nicaragua son protagonistas. Le sigue “Indigenismo y realismo social”, sala donde se encuentran los representantes del paisaje latinoamericano, como el revolucionario Gerardo Murillo. “Mundos Privados y mitos públicos” toma como referencia la Exposición Internacional del Surrealismo (México, 1940) y el Grupo Mandrágora de Chile. A ello se añade el argentino Roberto Aizenber, el cubano Wifredo Lam y otros como Remedios Varo y Leonora Carrington.
El arte Madí argentino y el Arte Concreto brasileño se reúnen en una misma sala, a la que sigue “Un salto radical”, con la obra de artistas de finales de los años cincuenta y sesenta importantes en el desarrollo del Constructivismo internacional y del Neoconcretismo, como Alejandro Otero, Sérgio de Camargo y Hélio Oiticica.
La muestra concluye con “Historia e identidad” donde se exponen artistas contemporáneos, como Fernando Botero, Claudio Bravo o Francisco Toledo, en los que se aprecia un tratamiento diferente de las temáticas recurrentes a lo largo de la exposición.
Datos de la exposición
The Hayward Gallery, Londres (18 mayo - 6 agosto, 1989); Museo Nacional y Museo Moderno, Estocolmo (16 septiembre - 19 noviembre, 1989)