Clyfford Still (1904 – 1980)

7 abril -1 junio, 1992 /
Edificio Sabatini, Planta 1
Vista de sala de la exposición. Clyfford Still (1904 – 1980), 1992
Vista de sala de la exposición. Clyfford Still (1904 – 1980), 1992

Acorde a la voluntad de Clyfford Still (Grandin, Dakota del Norte, 1904 - Baltimore, Maryland, 1980) de que su obra sea conservada y expuesta como una unidad, la Albright-Knox Art Gallery (Buffalo, EE.UU.) y el San Francisco Museum of Modern Art son las dos instituciones norteamericanas que albergan las mayores colecciones de su pintura. Para esta exposición se han reunido treinta y cinco lienzos procedentes de estas dos colecciones, lo que supone un hecho sin precedentes que permite contemplar la obra de Still en su conjunto y descubrir a la vez a un artista complejo e independiente.

Aun distanciado de las influencias y de los circuitos expositivos y comerciales en los que se forja el Expresionismo Abstracto, desde 1945 establece vínculos con Peggy Guggenheim y Betty Parsons, exponiendo en sus respectivas galerías, traba amistad con Mark Rothko y se relaciona con Robert Motherwell y Barnett Newman, entre otros. El control sobre su pintura y las ventas, así como sobre su participación en exposiciones y los respectivos catálogos, contribuyen a definir su carácter severo y disciplinado.

Tras unos primeros trabajos en los que conserva referencias figurativas apreciables, por ejemplo, en El hombre erguido (1934), paulatinamente inicia un proceso por el que trastoca las relaciones entre figura y fondo, dando lugar a una especie de paisaje abstracto. Resulta significativo que hacia 1937 Still empiece a titular sus cuadros con el año y un número de orden, como si se tratara de registros. De hecho, décadas más tarde señala que cada uno de sus cuadros ha de entenderse como una entrada en su diario, planteándose así su obra como una inmensa autobiografía visual y de ahí también su deseo de preservar su obra unida.

La elección de lienzos de grandes dimensiones, rompiendo con el formato de caballete ya desde mediados de los años cuarenta, le permite desarrollar una pintura casi mural. La verticalidad se erige en uno de sus principales rasgos, acentuada por las formas flamígeras y geológicas que atraviesan el espacio pictórico. Ahí, los campos de color, aprehendidos como fisuras y mellas de un paisaje geológico, se comportan como campos de energía, con su aspecto explosivo y espontáneo. A este respecto, 1954 se convierte en paradigma de su pintura. En su obra subyace la idea de naturaleza (entendida como experiencia individual) y es ahí donde cabe aplicarle el concepto romántico de lo sublime.

Como señala el crítico de arte Michael Auping, “Still fue uno de los primeros pintores estadounidenses de su generación en sugerir las posibilidades reductoras de la pintura monocromática (…) y que veía mayores posibilidades en los efectos emocionales de los colores modulados”, como bien ilustra su obra 1951-E. Entre los colores, el negro es su predilecto, que domina en sus trabajos de finales de los cuarenta y que en los cincuenta emplea como una fuerza activa y positiva, insistiendo en la dualidad blanco/negro como claridad/oscuridad, la cual en los años sesenta aparece incluso como oscuridad maligna. Por otro lado, Still sabe sacar el máximo partido plástico a los fondos de las telas, dejándolos sin pintar y maximizando sus características matéricas y cromáticas.

Datos de la exposición

Organización: 
Kunsthalle de Basilea en colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Comisariado: 
Thomas Kellein
Itinerario: 

Kunsthalle, Basel (26 enero - 22 marzo, 1992); Stedelijk Museum, Amsterdam (19 junio - 30 agosto, 1992); Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, EE.UU. (15 enero - 7 marzo, 1993); San Francisco Museum of Modern Art (25 marzo - 13 junio, 1993)