Curro González. El enjambre

El proyecto que ha elaborado González para el Espacio Uno del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía está concebido como una metáfora sobre la historia en general, sobre la historia del siglo XX en particular, y también sobre el modo en que se asimila e interpreta dicha historia. González pretende transmitir en su obra la sensación de vacío que le producen los espacios abarrotados y la cantidad de elementos que es capaz de acumular la retina, con lo que se acerca a una estética próxima al barroco. El artista muestra la sensación del hombre en la multitud, una sensación contradictoria como el vértigo o una sensación de supervivencia. La exposición está conformada a modo de una vanitas, en la conciencia de que la selva o el desierto lo acabará devorando todo y que "todo será como si nunca hubiera sido".

González utiliza la metáfora del enjambre para esta exposición, como antaño se hizo para ilustrar el hecho de que puede surgir algo positivo de la destrucción de la guerra materializado en el espíritu de supervivencia. Según el artista "entre todas las capacidades humanas, hay una que nos hunde en el pasado más remoto, aglutinando a la especie incluso más allá de donde pierde su nombre. La supervivencia es el logro más grande obtenido hasta ahora por el ser humano y, por alguna razón, parece provocarnos vergüenza. Vivimos sobre las ruinas del pasado, nos aupamos en los esqueletos de otros, contemplamos paisajes calcinados, catástrofes terribles, y pese a todo seguimos aquí". El artista ha creado tres obras expresamente para este proyecto: dos lienzos de gran tamaño  de 375 x 600 cm. cada uno, realizados en técnica mixta sobre tela, dispuestos enfrentados en una sala grande, junto a un pequeño dibujo colocado en la sala pequeña del Espacio Uno del Museo.