El trabajo fotográfico de Jessica Craig-Martin (Hanover, EE.UU., 1963) constituye una muestra iconográfica de la alta sociedad, principalmente norteamericana, fundamentada en la manifestación y exhibición del lujo como rasgo identificativo.
Su mirada se centra en los complementos y detalles, de manera que el retrato de esta clase social –siempre de grupo, nunca individual–, se realiza mediante la captura de motivos, posturas y gestos donde se hace visible la construcción de la identidad de personajes públicos.
Desde su colaboración para Vanity Fair y Vogue, Jessica Craig-Martin desarrolla una manera muy particular de dirigirse a sus objetivos. La artista se aleja del lenguaje y los recursos propios de la fotografía documental y pone el acento en los motivos superficiales sobre los que se funda la imagen social de sus protagonistas: millonarios que asisten a fiestas, inauguraciones o galas benéficas. Con esta estrategia, el propósito último es justamente desmontar dicha identidad social.
En las treinta y dos fotografías que componen esta exposición se pone de relieve el contraste entre la imagen por sí misma y su contenido, dado que cada una encierra una denuncia implícita. Esta dicotomía se acentúa cuando se advierte cómo se armonizan el resultado estético de las composiciones fotográficas –dominadas por el color, los brillos y las texturas de los tejidos, joyas y el exceso de maquillaje– con el enlace de registros visuales, cuya intención es trastocar la imagen del lujo, para convertirla en imagen de la miseria y de la decadencia, moral, ética o física.
Por otro lado, su voluntad esteticista también se advierte en la elección de los encuadres y las cuidadas composiciones, que dan lugar en numerosas ocasiones a imágenes que tienden hacia la Abstracción. En muchos casos los personajes aparecen voluntariamente guillotinados, lo que permite a la artista plantear una mirada inferior, que se centra en escotes, joyas, bolsos, manos, tejidos, piernas o zapatos.
Desde el punto de vista compositivo y conceptual, el crítico e historiador Richard Shone señala que “para Craig-Martin el torso depende de la comida tanto como los brazos lo hacen del ángulo que forman con la mesa”.
Otra característica de su obra es el trabajo con imágenes instantáneas, directas y sin manipular, en las que rechaza cualquier truco electrónico o digital. De este modo, afianza la lectura directa de estas fotografías, así como su discurso estético.
Datos de la exposición
Publicaciones del Museo Reina Sofía
