Kcho. La columna infinita

8 febrero - 3 mayo, 2000 /
Palacio de Cristal, Parque del Retiro, Madrid
Kcho. No me agradezcan el silencio, 1997-1999. Escultura. Colección Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid
Kcho. No me agradezcan el silencio, 1997-1999. Escultura. Colección Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid

Alexis Leyva Machado (Isla de la Juventud, Cuba, 1970), conocido como Kcho en el mundo del arte, pertenece a una generación de artistas jóvenes que siguiendo la estela de la tradición de la vanguardia cubana de los años veinte desarrollan su obra renovando su compromiso con las preocupaciones formales y conceptuales del arte contemporáneo. Su obra esencialmente poética, impregnada del paisaje y la cultura popular cubana conforma una reflexión sobre el viaje y el entorno, sobre el continuo devenir del tiempo y la materia.

El trabajo de Kcho ha evolucionado desde las primeras esculturas de principios de los noventa, fabricadas con ramas de árbol tejido, hacia montajes de gran formato en instalaciones como la presentada en el Arsenale en la Bienal de Venecia de 1999. Su obra alcanzó gran proyección internacional a partir de su inclusión en la Bienal de la Habana en 1994, año en el que también participó en la exposición Cocido y crudo celebrada en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Esta exposición en el Palacio de Cristal del Parque del Retiro reúne piezas de gran formato, esculturas e instalaciones, que giran en torno al tema de La Columna Infinita , título de la exposición y concepto sobre el que el artista ha trabajado durante diez años. En clara alusión a las obras de Constantin Brancusi, las columnas infinitas de Kcho son iconos que alcanzan la monumentalidad a través de la repetición de formas simples y materiales modestos.

En esta ocasión el artista ha trabajado in situ en la construcción de dos obras construidas específicamente para esta exposición: Como la espuma y una versión de la pieza El camino de la nostalgia , 1994-1999 que titula Ideas mojadas. Emplazada frente al Palacio y rodeada de agua, constituye una suerte de camino que lleva a la utopía, representada por la gran columna de agua que mana del centro del estanque.

El mar está siempre presente en la obra de Kcho. Sus piezas se refieren al paisaje cubano y, por tanto, aluden al elemento más decisivo de la vida en la isla, el aislamiento marcado por el límite geográfico de la frontera del agua. Su trabajo evoca el viaje marítimo como territorio idóneo para la rememoración y la nostalgia. Kcho reflexiona sobre el fenómeno de la migración, tema a partir del cual realiza sus escenografías sobre el viaje y que hablan sobre la imposibilidad de la huida de nuestra memoria, de nuestro destino y de nuestras raíces.

Sus barcos varados, dos de los cuales forman parte de la estructura de la obra Archipiélago de mi pensamiento de 1997 que ocupa el centro del pabellón, son una metáfora al igual que la escalera hacia ninguna parte titulada La peor de las trampas de 1990 y construida con ramas y peldaños de machetes.

Los objetos usados frecuentemente por el artista cubano son aquellos que encuentra en sus paseos por la orilla del mar y por las calles de La Habana, trozos de madera, cuerda, ropa, vidrio que manipula y ensambla para crear sus esculturas. El carácter artesanal de sus piezas es un componente esencial y remiten a la cultura del reciclaje donde todo tiene varios usos diferentes de para los que fue originariamente creado.

La idea de que nada es permanente y todo se transforma está presente en la totalidad de su trabajo. La obra A los ojos de la historia de 1995, una relectura de la pieza de Vladimir Tatlin Monumento a la III Internacional , permanece al igual que su modelo como una metáfora de la utopía, arquitectura sin utilidad.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Comisariado: 
Alicia Chillida