Patty Chang. Ven conmigo, nada contigo. Fuente. Melones. Afeitada

27 mayo - 2 julio, 2000 /
Edificio Sabatini, Espacio Uno
Vista de sala de la exposición. Patty Chang. Ven conmigo, nada contigo. Fuente. Melones. Afeitada, 2000
Vista de sala de la exposición. Patty Chang. Ven conmigo, nada contigo. Fuente. Melones. Afeitada, 2000

Patty Chang (San Francisco, EE.UU., 1972) es autora y protagonista de las cuatro videoperformances que componen esta exposición. En ellas, Chang aborda la cuestión de la identidad femenina a partir de distintos ejemplos y situaciones. La artista genera una tupida red en la que mezcla lo autobiográfico -el propio cuerpo de la artista o mención a episodios de su vida-, con la construcción y la aceptación sociocultural de la mujer.

Aunque en estos trabajos no se pone de manifiesto un firme compromiso político de tintes feministas, Chang despliega gran variedad de temáticas acerca del reconocimiento de la mujer y su representación, no sólo en términos icónicos. Para llevar esto a cabo, elabora su discurso conceptual y visualmente a partir de un juego de metáforas, con las que pone en primer término la lucha entre la memoria y la experiencia individuales, así como la exigencia de adaptación de índole social.

En Ven conmigo, nada contigo (1998) Chang comparte una bañera con una muñeca de plástico. La forma en que activa la acción permite interpretaciones diversas, se puede hablar de lucha, de amor o de pasión. En cualquiera de las lecturas, pone de manifiesto la dualidad de un conflicto entre la autonomía y la diferencia y el carácter objetual con el que históricamente se ha considerado a la mujer.

Fuente (1999) es un ejercicio por el cual retoma desde lo femenino el mito de Narciso. Frente a una lectura lineal de la acción, en la que parece prevalecer únicamente el estereotipo del consumo visual, Chang invierte formatos y gestos y reafirma el poder emancipador, que pasa por un control y un dominio consciente del yo.

La obra Melones (1998) posee una fuerte carga autobiográfica. Chang introduce de manera violenta y explícita el dolor y la fragilidad en relación con el cuerpo femenino, al vaciar y engullir el contenido de unos metafóricos pechos. En Afeitada (1998-1999) la propia artista, cegada por una venda, lleva a cabo la depilación de su propio vello púbico. Altamente ritualizado, el proceso desvía el carácter íntimo de la acción a una esfera pública, y presenta la disfunción entre una construcción estética de la diferencia de género y la capacidad de control y decisión sobre el cuerpo y su dimensión social.

En todos estos casos, Patty Chang, heredera de las prácticas del Body Art, enfatiza una visibilidad de carácter violento, que le permite subrayar la denuncia de los roles impuestos y enraizados en la construcción de la identidad femenina.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Artistas:
Patty Chang