Mujer con abanico

Entre 1913 y 1922, María Blanchard produjo gran parte de su obra en el lenguaje cubista que había conocido de primera mano durante sus estancias en París. Mujer con abanico es una de las pinturas más ambiciosas de sus primeros años, producción que mostró en 1915 en la exposición Los pintores íntegros, la primera que exhibió en Madrid obras cubistas. La desigual fortuna crítica de dicha muestra fue uno de los motivos que llevó a la artista a abandonar España y establecerse definitivamente en París ese mismo año.

La elección del tema de la mujer con abanico entronca con la tradición clásica española. Esta figura, probablemente una bailarina, permite a Blanchard jugar con el color y el movimiento, organizando la composición en una serie de planos simultáneos que recuerda, en su dinamismo, a obras de autores del futurismo o de Marcel Duchamp.



Raúl Martínez Arranz