Edificio Nouvel, Terrazas
Un orden distinto. Geometría utópica y arte cinético
A finales de los años sesenta el minimalismo dotó a la escultura de un repertorio formal nuevo basado en las formas geométricas elementales, pero también dio lugar a una nueva manera de entender la relación entre una obra de arte y sus espectadores. La escultura contemporánea es fenomenológica: se concibe como un instrumento de interpretación del espacio en el que se integra y necesita de la percepción en movimiento del cuerpo de los visitantes para poder funcionar.
El Museo Reina Sofía tiene una Colección importante de escultura geométrica de los años sesenta, setenta y ochenta. Sus formas racionales se convirtieron en el lenguaje elemental de los espacios públicos de las ciudades, como indicios de una economía nueva donde la cultura participaba de un nuevo sistema de valores. El desarrollo del urbanismo contemporáneo llevó emparejada esa estética de utopía tecnológica y de plena confianza en el futuro. Esa condición afirmativa de esta escultura la convirtió en emblema del capital económico que buscó representación mediante el crecimiento vertical de sus edificios corporativos y el seductor brillo de los espejos acristalados que son sus muros cortina, pero también la ha convertido en un estereotipo que ha impedido ver las grandes aportaciones de esta generación de escultores. A la utopía de un gusto internacional que ya había sido una ilusión de la vanguardia se sumaba un cambio en la reclamación de una mayor participación colectiva en el espacio público. Y estos escultores son ejemplos de esa fuerza de transformación.
3 obras


