En el marco de la exposición Ceija Stojka. Esto ha pasado (Museo Reina Sofía, 22 de noviembre, 2019-23 de marzo, 2020), este encuentro reflexiona sobre las relaciones entre arte y memoria a partir del genocidio gitano, o porrajmos en romaní, durante la Segunda Guerra Mundial. La sesión contará con una mesa redonda formada por la cineasta y escritora Karin Berger, el antropólogo David Berna y la artista e investigadora María García Ruiz; la proyección de Canta gitano (1981) del cineasta gitano franco-argelino Tony Gatlif, y el concierto de la asociación gitana Mujeres con Propósito del barrio de Embajadores (Madrid).
Las distintas etnias gitanas de Europa han sufrido una larga historia de persecución y discriminación desde su establecimiento en el continente en el siglo XV. No obstante, el genocidio planificado durante el nazismo ha sido, sin duda, el caso más perverso de exterminación sistemática del pueblo romaní en suelo europeo. Conocido como porrajmos, este acontecimiento histórico permanece a la sombra de otros episodios luctuosos del mismo periodo, como el holocausto judío, e incluso en la actualidad, pese a significar la pérdida de entre 255.000 y 500.000 vidas humanas, carece del reconocimiento social y político que debiera. Detrás de ello se encuentran numerosas cuestiones asociadas al lugar de la comunidad gitana en las actuales naciones europeas; a saber: su exclusión de las memorias oficiales, su pasado histórico nómada trasnacional y, en suma, el imaginario estereotipado de la alteridad, malentendida como intrínseca y provocada sin embargo por una larga discriminación estructural. Todas estas razones motivan que las memorias supervivientes del porrajmos tengan menor reconocimiento que las de aquellos que sobrevivieron a la Shoah, contando con una dimensión menos monumentalizada, aún no ficcionalizada en la cultura de masas, y una forma de expresión poética y autobiográfica, diferente a la simple narración de los hechos.
En este sentido, la escritura personal, como los diarios, las artes plásticas y escénicas resultan manifiestos de primer orden para expresar el significado del porrajmos. Así ocurre con la artista Ceija Stojka (Kraubath, Austria, 1933-Viena, Austria, 2013), gitana del grupo lovara que sobrevivió a los campos de concentración y exterminio de Auschwitz, Ravensbrück y Bergen-Belsen, junto a solo cinco miembros de su clan familiar formado por más de 200 personas. Stojka dio cuenta de esta traumática experiencia cuatro décadas más tarde a través de la escritura, la pintura y el dibujo en lo que supuso un intenso ejercicio de memoria. Poner fin al silencio que había mantenido durante tantos años sobre la persecución que ella a nivel personal y el pueblo gitano en cuanto a colectivo habían padecido no solo tuvo un gran valor simbólico, sino que incentivó el asociacionismo de la comunidad romaní y la reivindicación de políticas de reparación en su país. Por estos motivos, a su muerte en 2013, fue reconocida como una de las grandes voces europeas contra la discriminación y el olvido histórico. Esta actividad analiza su caso, así como la obra de otros gitanos sinti y romaní que recurrieron de igual modo a las artes visuales, el cine o la música para narrar el porrajmos.