Ejes de trabajo
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1. Economía política de archivos
Las presiones del mercado global sobre los archivos de arte y política evidencian no solo un giro archivístico en el coleccionismo artístico sino, en un sentido más amplio, que los archivos son espacios de disputa de sentidos y patrimonios del común. Formular la pregunta sobre lo público, lo privado y lo común desde los archivos, nos permite ahondar en las dimensiones política y económica de la cadena de producción de valor y la relación de propiedad en acervos documentales. Frente a políticas de apropiación que funcionan como saqueos contemporáneos de bienes culturales, y a la fragilidad institucional y el progresivo desfinanciamiento de instituciones públicas, resulta ineludible cuestionarse sobre: ¿qué lugar ocupan hoy los archivos de arte frente a economías financieras transnacionales?, ¿qué formas de circulación, acumulación y especulación se trazan desde y para estos? Y al mismo tiempo, ¿qué otras economías de archivo se abren como alternativa? ¿Es posible proponer una economía feminista de los archivos? ¿Cómo irrumpen los cuidados, la corresponsabilidad, las redes de solidaridad y la autogestión comunitaria como otras economías y políticas de archivos?
Son muchas y muy distintas las formas (en ocasiones antagónicas entre sí) de aproximarse a los archivos de arte y política, ya sea en tanto artistas, coleccionistas, investigadores, archiverxs, comunidades, instituciones o abogadxs mediadores. Desde cada una de estas posiciones se marcan perspectivas, experiencias y diálogos situados sobre los modos de valorar, apropiar, concebir los usos y también la potencia de estos archivos en el contexto actual.
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2. Escalas de circulación-intervención
En los últimos años, las prácticas con archivos de arte-política ancladas en lo local y desde una relación analógica con los documentos, se han confrontado con formas de circulación y transacción en un mercado transnacional. Al mismo tiempo, la legislación relativa a archivos y patrimonio cultural cambia de un país a otro, lo que no siempre posibilita acciones internacionales para la protección de los archivos en el plano legal. En cambio, la comercialización opera transnacionalmente con fluidez: mientras el dinero tiene la capacidad de traspasar fácilmente las fronteras, la protección legal tiene un alcance más restrictivo.
Ante este panorama, ¿cómo diseñar formas diferenciales de capital económico, simbólico y político? Es decir, ¿cómo intervenir, rediseñar o proponer dispositivos para operar en diferentes escalas (globales, continentales, nacionales, regionales o locales) que nos permitan incidir efectivamente en la constitución de los archivos como comunes, como inapropiables, frente a la inflación de su valor y su privatización?
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3. Tecnologías del archivo, entre materialidad e inmaterialidad
El desarrollo de las tecnologías ha permitido no solo reproducir documentos, asegurando así la conservación y consulta de aquellos cuya materialidad se encuentra dañada o presenta cierta fragilidad, sino también ponerlos a disposición en línea. Este proceso expansivo de visibilización de materiales que favorece la memoria social y la investigación ¿acaso no esconde ciertos reveses? ¿Qué encontramos y qué queda sumergido en la inmensidad de la información? Ciertas experiencias han demostrado que, en ocasiones, aunque se liberen y desclasifiquen amplias colecciones de documentos delicados, estos no son consultados. ¿Cómo asegurarnos de que lleguen a sus destinatarios? ¿Debería ser nuestro objetivo la puesta a disposición integral de los archivos? ¿Es posible, es deseable, es peligroso?
La velocidad vertiginosa a la que evolucionan los dispositivos y las potencialidades del mundo virtual también conducen a ciertos equívocos, a la sensación de que todo se encuentra (o al menos debe encontrarse) a un clic de distancia. Como aquella cuestión clásica de la archivística sobre lo que merece ser conservado y lo que no cumple las condiciones necesarias, es asimismo necesario preguntarse por lo que merece ser digitalizado. ¿A qué le concedemos un primer plano y qué dejamos en las sombras de la materialidad?
Al mismo tiempo, en tanto archivistas, investigadores o creadores de archivos, la comprensión y reflexión sobre las tecnologías que usamos se tornan necesarias e incluso imperiosas. La historia de las tecnologías de resguardo (los disquetes, las cintas, los CD-Roms, etc.) demuestra que las formas de archivar documentos surgidas de las nuevas tecnologías son, en muchas ocasiones, absolutamente efímeras o rápidamente obsoletas, exigiendo cada vez más recursos materiales y humanos para asegurar su resguardo. La explosión de la información, su multiplicación exponencial a través de los reposteos y retuits, ha puesto en evidencia los peligros de la difusión de ciertos contenidos textuales y visuales (como es el caso de archivos de movimientos extremistas o racistas, que podrían incitar al odio) y la imposibilidad de administrar sus reapropiaciones. Se vuelve así inevitable reflexionar sobre las estrategias de potenciación del uso de los archivos y de las herramientas tecnológicas disponibles en un sentido crítico.